Miedo a la enfermedad

No es miedo, en realidad es terror, pero no a la enfermedad personal, por lo menos esto no me da tiempo a pensarlo, es a la enfermedad ajena.

Estos días y por razones que no tengo ganas de compartir por ahora, he tenido que lidiar con hospitales, enfermos y posibles e inciertos pronósticos y como en otras ocasiones me he bloqueado, he hecho todo lo posible por borrarme del mapa, termino no reconociéndome a mí mismo capeando la situación.

No me hace falta el propósito de enmienda, ya reconozco de ante mano que es un acto de puro egoísmo y me siento fatal por que sea así. Una persona muy cercana siempre me dice que el problema viene de haber estudiado en un colegio de curas, éstos consiguen que tu conciencia no te dé tregua, que se te aparezca bien iluminada y deslumbrante a la hora de apagar la luz de la mesilla y que limite tus horas de sueño. En muchos casos creo que es algo positivo, pero ¿y lo bien que duermen los del colegio de enfrente?

Ya me ha pasado en otras ocasiones, me quito literalmente de en medio, miro para otro lado y me vuelvo esquivo. Es una sensación muy extraña, de bloqueo, no consigo ni argumentarme ni comprenderme a mí mismo.

Conseguí superarlo, solo en cierta medida, cuando un familiar muy cercano enfermó y falleció y mi ausencia mental terminó explotando en el tanatorio, donde por primera vez en muchos, tantos años que no lo recuerdo, rompí a llorar de pura impotencia.

Creo no estar preparado para los años que se me acercan lentamente, buscaré ayuda donde hasta ahora no la he encontrado y por ser justos ni intentado.

Y tampoco creo estar preparado para recibir comentarios a esta entrada… comenta en la siguiente, que será, sin duda, más feliz.