Con las pocas noticias que llegan de Myanmar, antigua Birmania, he vuelto a alucinar.
¿Cómo puede ser que un país, a estas alturas, siga y acabe de esta manera? ¿Cómo se puede permitir que un país no acepte la ayuda mundial tras la catástrofe sufrida?
La verdad es que cuando se escuchan noticias como la de los ciclones que arrasan Birmania y la opresión que sufren los birmanos no te explicas cómo no se rebelan, como no se libran de la tiranía que les esclaviza. Quizás el haber nacido a partir del 75 en España no me permita comprender muchos miedos y situaciones que suceden en muchas países del mundo. Aún así es alucinante que se sigan produciendo. Yo escribiendo del tema en Internet mientras miles mueren arrasados sin agua y comida que llevarse a la boca.
Escuchando las noticias de cómo ha quedado el país te extraña que los habitantes de Myanmar no se resistan. Ahora se habla de una votación para instaurar la democracia, lo que en algunos blogs ya se ha catalogado de un lavado de imagen del régimen militar instaurado. Que voten para que parezca una democracia, ya me encargaré yo de amañarla para mantener mis intereses y librarme del escrutinio de la ONU.
Hoy me ha dado por pensar en los que no dejan que entre la ayuda, qué clase de gentuza es capaz de aprovecharse de la raza humana de esta manera. No es tanto pensar en los que no se rebelan, sino en los que les someten a ese yugo. Es impensable entender las razones que pueden llevar a esos cabecillas a esos tiranos a someter de esta manera a un pueblo, a tus propios hermanos, dejar que se mueran de hambre, arrestar a los que hablan con los extranjeros pidiendo ayuda.
Lo que se debe erradicar es precisamente eso, la posibilidad de que unos pocos puedan someter a su antojo a unos muchos. Pero qué difícil, ¿eh?
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