Hoy me he reunido con uno de esos clientes que simplemente no se fían.
No se fían y te hacen todo tipo de pilotos, pruebas de concepto, hablan con otros clientes del sector, te piden referencias y aún así como tengas un problema con el proyecto (aunque no sea culpa del producto) te lo recordarán en todas las siguientes reuniones y digo todas, aunque debería decir en todas las reuniones importantes, en las no importantes se ríen de lo que pasó en aquel proyecto y el mal trago que te hicieron pasar. Cuando ya tienes varias de éstas la cervecita de después de la reunión se hace inaguantable, interminable, sólo se ríen ellos, pero como pagas tú...
Hay clientes que te compran por pesado, al tener varias reuniones con ellos creen que te tienen que dar un pedacito de su presupuesto. Son un encanto, pero igual que lo hacen contigo lo hacen con tu competencia y si éstos les visitan más que tú, que es lo que suele suceder, date por jodido. Esta es la razón por la que todavía subisiten algunos de los partners con las que trabajo, no lo digo de coña.
El comercial con el que más me descojono de una de estas empresas se puede pasar 3 días en el cliente simplemente parando a la gente que sale del ascensor, se pasea por la cuenta como si fuera el portero ese del anuncio que lo para todo. Conoce a todo el mundo, no sabe nada de lo que vende, pero vive de las relaciones que establece a la salida del ascensor. Carlos, si me oyes, por favor, deja el sector!! Ibas a disfrutar más como administrador de fincas.
Otras empresas piensan que te compran mucho, siempre dicen la frase esa de "mi jefe siempre está diciendo lo mucho que os pagamos" cuando vas a hablar de dineros. Lo dicen tanto que cuando te vas casi te lo has creido, vas buscando la manera de hacerles un descuento que seguro no te aprueban y cuando llegas a tu Excel y ves lo que facturas con ellos te dan ganas de incrementarles el precio.
Los que más me cabrean, no puedo con ellos, son los que no están dispuestos a negociar, exponen una postura completamente irracional y utilizan ese plante durante toda la "negociación" llamándote inflexible, ladrón, pesetero, etc. Luego te das cuenta de que casi siempre es una pose, pero te das cuenta cuando estás tan agotado y esquilmado que te has tenido que llevar a tu jefe, a él si le negocian. Estas reuniones acaban normalmente con un "bueno, lo dejo en vuestras manos, creo que vamos por el buen camino si limamos esos flecos" que dice tu jefe. El descuento es mucho menos del que estabas dispuesto a ceder y el cliente sale perdiendo. Como son con los que no puedo no hay perdón.
Luego están los bonachones, a los que vendes mucho sin hacer demasiado caso, son los clientes perfectos, los de la esquina de arriba a la derecha en la matriz esa que te sacan en todos los cursos de venta. Poco tiempo y Mucho beneficio. Suelen cabrearse en las negociaciones, se ponen muy duros, les aguantas el temporal, les dices que se están pasando, "no estás allí para engañar a nadie" y vuelven al redil con el resto de las ovejas. Os quiero, de verdad, os quiero, haría casi cualquier cosa por vosotros, aunque pasaríais a otro cuadrante de la matriz.
Y los pocos son los que te ganas trabajando, los que son ecuánimes, pero qué rollo sería el sector, cualquier podría vender un buen producto, ¿no?
Si eres mi cliente y estás ahí leyendo dímelo antes de hacerme sufrir, dejo la cuenta ;-)
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